domingo, marzo 29, 2009

NOTRE DAME.




Es una de las catedrales más antiguas de Francia, de estilo gótico. Cuesta creer que lleva en pie cientos de años. Está perfectamente cuidada y conservada. Se empezó a construir en 1163, fue terminada en 1245.
La verdad es que, mientras la visitaba, andaba haciendome preguntas extrañas como cuántas personas se dejarían la vida allí subiendo piedras de toneladas de peso con poleas, o creando las bóvedas a alturas más que considerables. Ha visto llover lo suyo esta catedral y es una auténtica joya.
Me gustó especialmente en su parte lateral.
Estaba abarrotada de gente y no me parece que sea el lugar más adecuado para quien busque unos momentos de silencio y paz...sin embargo,con un poco de concentración, una puede sentarse y ausentarse del bullicio que reina en su interior, sobre todo si cierras los ojos, entonces se puede sentir esa vibración, esa sensación que a veces transmiten las iglesias cuando están vacías, por lo menos a mi me llega, es algo parecido a la inquietud de escucharte por dentro, no sé si me explico, porque explicar sensaciones es un poco complejo. El caso es que tras pasear por su interior maravillada de su belleza, de sus vidrieras de colores, de lo grande que es y lo bonita, me senté unos minutos a sentirme pequeñita dentro de ese espacio tan enorme, me concentré en la música del órgano que sonaba,para por unos instantes descansar la mente agitada por las emociones de tantas imágenes y pensamientos nuevos, y pese a la algarabía que me rodeaba, pude llegar a concentrarme lo suficiente para alcanzar unos segundos magníficos de paz en el espíritu. Todo un regalo que me hizo llegar Notre Dame.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno de mis mayores placeres musicales tuvo lugar hace ya un tiempo, en el marco incomparable del Monasterio de Lluc Major y en el tiempo de la Semana Santa. El distino me llevó a dicho lugar, no se como ocurrió exactamente, no estaba previsto ni planeado y sin embargo acabé allí, rodeado de piedra y clero. La habitación de una austeridad nunca conocida por mi (una cama de madera, dos sábanas, una manta y una silla)fomentaba la reflexión, la paz, la armonía, como distración única una ventana y tras ella, vistas. Agradezco también la cena que me sirvieron en el comedor, recuerdo especialmente el vino, los dulces y la inmensa amabilidad con la que fuí atendido por las hermanas encargadas del asunto culinario.
Una vez terminada la cena, lo inesperado estaba por venir, en una capilla del monasterio yo sentado y no demasiada gente a mi alrededor, prevalecía la oración, la sucesión de los actos religiosos, y, de esta manera y forma sucedió, aparecieron en fila india, uno detrás de otro y silenciosamente, Els Blavets(Escolania de Lluc), niños cantores vestidos con sotana azul, y comenzaron a cantar gozos a María, recuerdo que la piel de mi cuerpo en aquel instante se transformó, no daba crédito a lo que sucedía, un silencio único bañado por esas voces angelicales.

Y así sucedió, sin estar previsto ni planeado, es más, en aquellos años no sabía de la existencia de dicha escolanía, evidentemente después si.

TODO UN REGALO.

Los Santos Inocentes.

Lorena dijo...

Entonces¿también tú has recibido ese tipo de regalo?. La experiencia suena de maravilla. No he estado en ese monasterio, pero los monasterios también tienen algo en el eco de los pasos que retumban en sus paredes cuando se camina por sus pasillos. Allí vas y te alojas???tipo hotel pero con austeridad?¿como está eso?

Anónimo dijo...

Los mejores regalos siempre son para mi los inesperados, aquellos que sorprenden al destinatario, que le encandilan y permanecen en su memoria propia e incluso en la de otras personas si éstos son compartidos.
Yo te cuento, no se como será en la actualidad, ocurrió hace mucho tiempo y dudo que hoy en día sea todo igual a lo relatado. Las habitaciones eran las propias del clero, las dedicadas a la oración. El comedor si que estaba abierto al público, a los pocos visitantes que recorrían aquellos lugares y no buscaban playas. Del precio, ni me acuerdo, entonces la iglesia mostraba sus encantos de forma casi altruista, por el contrario, hoy en dia lo habitual es que cobre por mostrarlos.

Los Santos Inocentes.